No comemos igual en invierno que en verano, ni el organismo tiene las mismas necesidades. No es vano la sabia naturaleza pone a nuestra disposición los modernos kilómetro 0, que en realidad es la fruta y verdura fresca que corresponde a cada temporada del año.
El verano trae a las neveras y a las mesas alimentos que llaman por sus brillantes colores, por su frescura y por su sabor. Y prácticamente todos ellos son saludables y beneficiosos para tolerar mejor la alta temperatura.
Los mejores alimentos para bajar la temperatura en verano
- La sandía es un clásico indiscutible de la temporada. Su elevado contenido en agua, el bajo aporte calórico y su versatilidad en la cocina hacen que sean un imprescindible. Lo más habitual es tomarla a rodajas, fresca o del tiempo, pero también forma parte de licuados, zumos, aguas refrescantes y ¿por qué no? sopas frías y gazpachos.
- El melón le sigue muy de cerca. Contiene casi un 92% de agua y combina con alimentos más salados como el jamón, el salmón ahumado, algunos pescados marinados… También es excelente en batido o en sopa fría.
- Los tomates son ricos en licopeno y tienen muchas vitaminas A y B. Ayudan a controlar el calor porque estimulan la producción de sudor y son grandes aliados contra la sed. Evidentemente, el gazpacho tradicional es casi su estado habitual del verano, sin olvidar ensaladas frescas o acompañamientos. Su valor nutricional hace que sea una de las frutas -es cierto, es una fruta- que se consumen todo el año, pero más en estos meses.
- El pepino es un 97% de agua. Aunque no es amigo de todos los paladares, lo cierto es que es un gran aliado contra el color porque tiene muchos aminoácidos, vitamina C, calcio, fósforo, hierro y fibra. Mejora el tránsito intestinal y elimina toxinas, y en la cocina es muy apreciado para ensaladas, gazpachos y cremas frescas. Cortado a rodajas en un vaso de agua con hielo y un poco de limón es otra manera de consumirlo.
- Hay muchísimos tipos de lechuga, pero la de verano por excelencia es la francesa, conocida como trocadero, o la lechuga iceberg. Son la fuente de agua por excelencia, aunque se beba poco de manera habitual, y ayuda a regular el tránsito intestinal, además de poseer propiedades diuréticas que contribuyen a acabar con la temida retención de líquidos. Evidentemente solemos encontrarla en ensaladas, pero muchos chefs las han incorporado a zumos y licuados, algunos se atreven a freírla, y otros a hacerla a la plancha. En los últimos dos casos, perderían gran cantidad de sus propiedades beneficiosas, con lo que aconsejamos consumirla fresca.
Alimentos que es conveniente evitar en verano
El sentido común nos indica que comer ciertos alimentos no es lo más aconsejable cuando el calor aprieta. Sin embargo, hay otros que, aunque parezcan ideales, en realidad no lo son.
- Bebidas extremadamente frías, con o sin alcohol. No son aconsejables porque la sensación de frescor es instantánea pero poco duradera. El estómago necesita más energía para digerirla y, consecuentemente, aumenta la temperatura del cuerpo.
- Carne de vaca, cerdo y sus derivados, por motivos similares.
- Especias como ajo, curry, jengibre o cualquier picante son perfectos en invierno para los frioleros, pero en verano es mejor dejarlos de lado.
- Lo mismo sucede con la canela, el café, el cacao o cualquier té especiado, aunque se tome frío.
- La avena, aunque es muy apreciada, provoca hinchazón y gases, y puede retener líquidos, por ese motivo es mejor dejar de tomarla hasta que pase el calor.