El colágeno es una de las proteinas más abundantes en el cuerpo humano: en torno al 25% del total, y su función principal es ejercer de soporte en los tejidos de los que forma parte.
Los cartílagos, ligamentos y tendones que son los tejidos de las articulaciones, las paredes de los vasos sanguíneos, los huesos, las córneas, el tejido conjuntivo que protege los órganos del cuerpo y los músculos, las encías y, por supuesto, la piel, necesitan la ayuda del colágeno para permanecer elásticos y sanos.
El magnesio, por su parte, es un mineral muy importante que se puede consumir en alimentos como frutos secos, cereales integrales, legumbres y verduras de hoja verde. Se ha demostrado que el magnesio ayuda a reducir la ansiedad y mejora la calidad del sueño, pero sus beneficios fundamentales pasan por mejorar la salud de los huesos, regular la función muscular y nerviosa, ejercer de apoyo en la función cardiovascular, ayudar a la correcta salud del cerebro y reducir enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
Se trata de dos súper elementos que, por si solos, son muy beneficiosos para el organismo, pero que cuando se juntan se convierten en una combinación muy poderosa. El magnesio con el colágeno hace que la proteína se metabolice más rápido y con más efectividad en el organismo y suma toda una serie de ventajas.
Uno de los efectos positivos del tándem colágeno-magnesio es que refuerza la creación de tejidos, y mejora la apariencia de la piel. Le da más elasticidad y firmeza y mejora el aspecto de las arrugas. Pero, además:
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