La retención de líquidos, o edema, está ocasionada por una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Puede ser patológica o no patológica, y es muy importante diferenciarla para determinar el tratamiento a seguir. La retención de líquidos patológica puede surgir por causa de problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva o enfermedades renales o hepáticas. Por otra parte, en el caso de la retención de líquidos no patológica, la causa puede ser una simple dilatación de las venas en épocas donde las temperaturas son más altas.
Aunque sus causas son diferentes, los síntomas que presenta son los mismos. Aumento de peso sin motivos aparentes, hinchazón en las piernas o los tobillos, incremento del perímetro abdominal o disminución de la orina. La retención de líquidos suele afectar a personas de edad avanzada y principalmente a mujeres, aunque nadie está exento de riesgo a padecerla.
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