Facilita la recuperación, es fundamental en el proceso de rehabilitación, mantiene la zona en la posición adecuada y, a la vez, protege la herida que está sanando.
El calzado ortopédico tras una cirugía está especialmente diseñado para ayudar al paciente, y es muy importante seguir las instrucciones del traumatólogo y utilizarlo como corresponde.
Características del calzado ortopédico
Normalmente se trata de un calzado específico y creado especialmente para la lesión que hay que tratar, y, aunque hay características comunes, también hay algunas especificaciones que en Ortopedia25
queremos que conozcas.
- Se busca la recuperación del paciente, pero también su confort, con lo que el cierre tiene que se cómodo, habitualmente de velcro o cordones que haga fácil ponerlo y quitarlo y que permita ajustar la presión.
- Los materiales también tienen que ser confortables, acolchados, sin costuras, y con tiras de sujeción anchas. Es muy importante que sean de lavado y secado rápido, ya que pueden ensuciarse con mucha facilidad.
- La suela debe ser compensada con el tipo de zapato que lleves en el otro pie, de lo contrario, podrías sufrir dolores en la cadera o en las rodillas, o incluso enfermedades de asimetría plantar. Es importante comparar la suela del zapato ortopédico con la que vayas a utilizar habitualmente en el otro pie mientras dura la recuperación.
- La suela debe ser antideslizante. Parece una recomendación lógica, pero, a pesar de la enorme variedad de calzado que existe en el mercado, no todos tienen esta medida de seguridad tan básica.
Tipos de calzado postoperatorio
El traumatólogo cirujano es quien debe indicar qué tipo de calzado ortopédico que hay que comprar según el tipo de intervención quirúrgica que se vaya a hacer. Habitualmente, estos son los tipos de calzado que encontrarás:
- Sandalia ortopédica unisex con apertura delantera: está completamente abierta, tanto en la parte de los dedos como en el empeine, y tiene un cierre doble que es muy fácil de colocar porque se ajusta con velcro. Es el modelo que se aconseja para lesiones en los dedos o inflamaciones y tiene una alta capacidad de evaporación y absorción, fundamentales para mantener la piel seca.
- Zapato postquirúrgico talo: tiene dos formatos, uno con la cuña invertida que hace que el peso repose en la parte delantera del pie y está diseñado para intervenciones en la zona del talón; y otro con la cuña en la parte del talón, para que los dedos queden liberados de peso, y es específico para dolencias en la parte delantera del pie.
- Zapato postquirúrgico de yeso: es el que se usa para dar los primeros pasos tras una operación o lesión. Se puede colocar con vendajes o yeso y atarlo con la holgura que se precise porque lleva cordones. Es antideslizante y muy seguro, y protege perfectamente la zona dañada. Además, mantiene el pie seco y muy bien sujeto.
- Botas ortopédicas, sirven para dar apoyo, presión o equilibro, alineando el pie y obligándole a tomar la postura correcta. Reducen el dolor y contribuyen a contener y corregir deformaciones. Se fabrica con materiales resistentes con una alta durabilidad.
Es importante seguir las indicaciones y respetar los tiempos de uso y recuperación con los zapatos ortopédicos. Además, y al ser transpirables y antideslizantes, son muy cómodos para poder realizar las tareas cotidianas que el médico permita durante la convalecencia.
Sin embargo, el zapato por sí solo no basta, si el especialista lo receta, será necesario mantener unos días o semanas de rehabilitación, ejercitar la zona afectada o, por el contrario, guardar el reposo requerido.
Si tienes alguna duda sobre el tipo de zapato que te han recomendado, sobre su uso o mantenimiento, ven a visitarnos y te daremos la información que necesites.
Y si ya te encuentras bien y no quieres sufrir más por culpa de los pies o del calzado, te recomendamos que leas esta entrada
en la que hacemos un análisis de los tipos de zapatos que están de moda, y cuáles pueden ser más beneficiosos para tus pies.